Viviendo la pereza de soñar

Porque la magia del sentir se hace un deseo incontrolable en la sangre del ser humano, euforia incontenible y desgarradora...

Gemido de animal feroz enamorado, este "cantar de cantares" es la eterna canción, la eterna canción que nos enseñó alguien en los primeros tiempos y aún cantamos...*

Yo me saqué del cuerpo me saqué las palabras de estos poemas, como quien se sacase piojos o montañas, enfermedades, gestos.*

Enredado y enmarañado de antiguedades, envuelto en un celofán de palabras frágiles, las calles se mezclan con los olores de la noche y la gente, las sociedades oscuras, sigilosamente planifican el ataque.

El piso y las puertas hacen su crujir característico, solo que ahora suena distinto, como si fuese un alma clavada en las sombras acechara, interrumpe mis noches de lúcidos sueños...

Sueños de amores, sueños de vidas, sueños, sueños de colores, futuros inciertos...emociones sincopadas, donde los tonos se convierten en luces y las fantasias son realidades

Inmerso y perdido en el universo eterno y desconocido, interno, único, como la historia jamás escrita, pequeñas ventanas se abren hacia el aqui y el ahora. Se escapa el llanto y el grito desesperado del propio incógnito, la tierra sin arar, la hoja de papel esperando a ser llenada de garabatos, propósitos, verdades relativas.

Es muy pequeño el espacio para separar la incertidumbre de la verdad inevitable, cabe una bacteria, una brisa de aire frio, una sábana blanca; me pregunto si cabe el camino hacia la indulgencia.

Afortunadamente, la respiración se hizo más pausada, los pasos comenzaron a flotar y la tranquilidad se hizo presente con una caricia. La oscuridad se convirtió en iluminación y el ruido de los extraños entes de inframundo, absurdo, pues es la propia ignorancia desafía el umbral de los sentidos, dejó de ser constante estrechez; y eras tú, rompiendo el silencio perturbador, la pereza del soñar, el engaño. El miedo...

Ya no necesitaré guardar mi revólver debajo de la almohada.

*Te agradezco Rokha por proporcionarme una ventana hacia la belleza de la literatura.